El ladrillo decorativo es conocido como fachaleta y es otra de las formas de utilizar este material tradicional. Se trata de un añadido, parecido a una baldosa, que se adhiere a la mampostería.
Es un recubrimiento muy noble que hace que el mantenimiento del edificio sea más fácil y durable en el tiempo, si se utiliza en el exterior. Estas propiedades se dan cuando se utiliza de una manera adecuada. Un ejemplo de ello son los edificios de Banderas Vela. Sin embargo, esta fachaleta rescata las cualidades estéticas del ladrillo, pero no las mecánicas.
Este tipo de revestimiento se coloca sobre una pared ya sea de bloque, de piedra o de cemento a manera de baldosa. Dependiendo el formato y espesor se logra el acabado. Por ejemplo, con más espesor y textura se simula una mampostería de ladrillo más real. Si por el contrario se busca resaltar una pared de forma elegante y sutil, se colocan formatos más pequeños y lisos.
En el mercado hay variedad de tamaños y el color terracota es el que predomina. Sin embargo, también es posible por pintar sobre el revestimiento. En países europeos existe más variedad en gama de colores grises, blancos y cafés que se ajustan a todos los estilos. Entre los formatos que existen están los de 25 x 7 y de 31 x 7.
La principal ventaja es el aporte estético al ambiente. Con este material aplicado en paredes se logra ambientes más cálidos y acogedores. La combinación con madera, acero y toques metálicos figuran entre las tendencias de uso de este material que se acoplan a estilos modernos, industriales y rústicos dependiendo su acabado y formato.
Otro beneficio es que es fácil de manejar e instalar en comparación con otros revestimientos como la piedra natural. También es antihumedad y antihongos, y conserva las propiedades térmicas como un ladrillo natural. No requiere de constante mantenimiento.
Si se utiliza esta fachaleta en el exterior, los especialistas recalcan que debe pasar por un proceso de impermeabilización para que resista al clima y se eviten desprendimientos. Recalcan que es un material que requiere ser tratado por mano de obra artesanal calificada, y por su tamaño requiere de tiempo para su instalación. La calidad es clave para su durabilidad.